Prevente con Tresbut
Te ayudamos a través de un fideicomiso a garantizar el pago del préstamo que hayas brindado.
¿Cuáles son las ventajas?
Recupera tu dinero más rápido
Evita juicios largos
Ten seguridad y certeza
¿Para qué sirve un fideicomiso de garantía?
Es un contrato que busca el cumplimiento de las obligaciones contraídas por el deudor y el acreedor, y que, en caso de incumplimiento, se pueda seguir el procedimiento establecido en el Fideicomiso para que con la venta o transmisión del patrimonio, se puedan cubrir a favor de la persona que realizó el préstamo.
Clientes Tresbut,
Clientes satisfechos
Un amigo me sugirió Tresbut y fue un excelente consejo. A pesar de haber buscado créditos en otras entidades financieras, aquí me convencieron, todo fue de forma rápida, con una tasa de interés muy baja y sin complicaciones.
– Paulo César
Guevara
Pude seleccionar el plazo para pagar el crédito según mi capacidad de pago. Además, siempre supe el monto exacto a pagar, ya que las cuotas son fijas. También tuve la opción de hacer pagos adicionales al capital o cancelar anticipadamente mi crédito.
– Alberto
Ventosa
En Tresbut ofrecen condiciones superiores otras instituciones financieras. No necesitas realizar un pago inicial para obtener el préstamo que solicitas, lo cual fue de gran ayuda para impulsar mi proyecto con capital.
– Alberto Ventosa Coghlan
Preguntas frecuentes
Fideicomiso
1.¿Para qué sirve el fideicomiso de garantía?
Sirve para asegurar el cumplimiento de una obligación. Se utiliza mucho en el otorgamiento de créditos
¿Qué beneficios tiene?
Con el fideicomiso se evita un proceso judicial que puede durar muchos años
1. ¿Cómo funciona el fideicomiso de garantía?
El dueño de un inmueble lo aporta al fideicomiso para garantizar el pago en caso de que el acreditado no cumpla. El inmueble puede ser del mismo acreditado o de una persona diferente, a la que se le denomina obligado solidario
¿El dueño pierde la propiedad del inmueble?
Si el acreditado cumple con la obligación de pago, el inmueble vuelve a ser propiedad del dueño